Este reloj de bolsillo Higginson es de los relojes de repetición del S.XVIII más pequeños que he visto y reparado nunca. Cuando el reloj llegó a mis manos, estaba muy deteriorado y tenía muchos problemas. Las malas manipulaciones anteriores hacían imposible el funcionamiento del reloj.
En primer lugar, fue necesario hacer de cero el rochete de tensión del barrilete, que estaba comido y le faltaba un diente. Esta pieza engrana con el sin fin de tensión, lo que hace que el muelle real mantenga su fuerza y se pueda ajustar la tensión.
Para acometer una restauración como esta, tenemos que empezar por el rodaje, para conseguir un suave desarrollo de la transmisión. La rueda angular, que engrana con la rueda de escape, también estaba en muy malas condiciones: soldada, excéntrica y torcida. No era posible que el reloj funcionara en esas condiciones.
El segundo paso fue continuar con el rodaje, la rueda angular era inservible. La rueda tiene 6 milímetros de diámetro y 48 dientes. Recomiendo para este tipo de rueda utilizar un latón extra duro o de alta resistencia, ya que los pequeños dientes se tuercen si el latón tiene una aleación blanda.
Una vez hecha la rueda, hice un piñón de 6 alas y su casquillo. Ajusté la altura de la rueda para el buen engranaje con la rueda de escape, y el rodaje volvió a recuperar la suavidad en su desarrollo. Continué rectificando los dientes de la rueda de escape, para así poder obtener un escape uniforme.
El siguiente paso fue sustituir los centros de piedra del volante, estos relojes no llevan piedras sintéticas y los centros son de latón. El del puente superior estaba suelto en el puente, no tenía ajuste, y solo estaba sujeto por el contra pivote de diamante. El centro con el chatón se movía fácilmente en el agujero del puente y el pivote era excesivamente grueso para este reloj. Se hicieron dos centros de latón a la medida de los puentes, con agujeros de pivote de 0,10mm, para que se ajustasen a los puentes, quedando perfectamente firmes y sujetos y en posición para que el volante quedara vertical y sin holguras en los centros.
Llegamos al volante. Lo siguiente fue sustituir el volante, eje de paletas y espiral. Todo el conjunto estaba pegado con adhesivo rápido. El volante tenía un brazo roto, el eje estaba sujeto con adhesivo al volante, sin estar centrado y en posición, y el espiral no tenía virola de sujeción (estaba sujeto con adhesivo al casquillo del eje). Estando el volante en estas condiciones, no tuve más remedio que buscar un volante de oro del tamaño y época similar, para sustituirlo y hacer el eje a la medida de este volante. Se hizo un eje de paletas con pivotes finos, y se ajustó el escape. Posteriormente se hizo una virola para el espiral, pudiendo acoplar un espiral apropiado.
Se rectificaron los rochetes de la fusada y de la rueda imperial de sonería. Se cambió la cadena por una 0,15 milímetros más fina, porque era gruesa y se enganchaba en las ranuras de la fusada, parando el reloj. Se rectificaron los tornillos y se azularon, y se terminó con un servicio completo del reloj.
El último problema estaba en la repetición, no daba las horas correctas en ningún momento, y los cuartos se quedaban a la mitad. El problema estaba en la cadena de la repetición, el largo de la cadena había sido modificado, posiblemente por una rotura de la misma. Esto produce que la sierra no caiga correctamente en el caracol de estrella de horas, haciendo una lectura errónea de las horas. Se modificó el largo de la cadena hasta conseguir que todas las horas tocadas fueran correctas, en la posición correcta.
El reloj volvió a recuperar su encanto y funcionamiento. Una pieza muy deseada por coleccionistas, por su época, su complicación y su pequeño tamaño. Estos relojes están muy demandados por el mercado chino, dónde son pequeñas joyas del buen gusto y la exquisitez.
Conseguir que un reloj de bolsillo antiguo completamente deteriorado como este vuelva a funcionar es algo que me reporta mucha satisfacción. Durante toda mi trayectoria he disfrutado haciendo reparaciones tan complejas como la de este reloj de repetición del S.XVIII.